La formación básica para personas adultas tiene como finalidad desarrollar las capacidades para la construcción de conocimientos y fomentar la participación en la vida social, adquiriendo las competencias básicas necesarias para desenvolverse en ella. La
información y el conocimiento se convierten, de este modo, en los instrumentos fundamentales para actuar en los diferentes entornos que conforman la realidad vital más inmediata de las personas. Se trata de acentuar la importancia de aprendizajes imprescindibles, considerados desde una perspectiva integradora y enfocados a su
utilización en la vida cotidiana, a través del desarrollo de las competencias básicas, lo que viene denominándose “conocimiento en acción».